Política

El síndrome de Masada, Netanyahu y el informe de la relatora de la ONU Francesca Albanese

Alfredo Jalife-Rahme

La matanza de 33 000 civiles palestinos perpetrada por el “gabinete de guerra” de Benyamin Netanyahu, su negativa en cuanto a aplicar las disposiciones que la Corte Internacional de Justicia ha ordenado a Israel y, finalmente, su rechazo de las exigencias estipuladas en la resolución 2728 del Consejo de Seguridad de la ONU, recuerdan el síndrome de Masada. Ese extremismo fanático está más relacionado con la siquiatría que con la política.

En la imagen: Situada en la cumbre de una escarpada formación rocosa que domina el Mar Muerto, la fortaleza romana de Masada fue ocupada por la secta judía de los sicarii. Las legiones romanas la pusieron bajo asedio en el año 73 después de Cristo y construyeron una enorme rampa para llegar hasta ella. Cuando penetraron en la fortaleza sitiada, los legionarios romanos descubrieron que los sicarii habían cometido un suicidio colectivo, que puso fin a la guerra judeo-romana. Hoy en día, Masada es el lugar donde los oficiales de las fuerzas blindadas israelíes, de los paracaidistas y de la fuerza aérea de Israel hacen su juramento: “No, la cadena no se ha roto en la cumbre inspirada. ¡Nunca más caerá Masada!”

Es muy improbable que el acorralado –por lo que queda todavía de conciencia universal humanista– primer ministro jázaro (https://bit.ly/4bQeMT7) Netanyahu acate la resolución del alto al fuego inmediato en Gaza (https://bit.ly/3xhTP3P).

Netanyahu se parapeta en el síndrome de Masada y usa el clamor del 90% de la población israelí que exige la erradicación de Hamas, sin importar el “daño colateral” (sic) que está resultando en un Apocalipsis palestino, lo cual colisiona con los 3 principios del Derecho Internacional Humanitario: distinción, proporcionalidad y precaución.

Tres años después de la caída de Jerusalén, en el año 70 después de Cristo, ante las huestes del emperador Tito, Masada fue el último reducto (https://bit.ly/4cwuKCh) donde sucumbió la secta extremista Sicarii (de cuyo nombre proviene el término “sicario”) de los zelotes en Judea.

Netanyahu, primer ministro jázaro de origen polaco, que no tiene nada que ver con los auténticos judíos semitas, practica el síndrome de Masada 1951 años después, ante el aplastante clamor de la conciencia universal humanista de pueblos y países.

¡Que parecido existe entre los zelotes del año 73 después de Cristo y sus émulos neocolonialistas espoliadores Ben-Gvir, ministro israelí de “Seguridad” (sic), y Smotrich, ministro de Finanzas!

El síndrome de Masada se apoderó del gabinete de Netanyahu cuando su ministro de Exteriores, Israel Katz, en desacato a la resolución 2728 del Consejo de Seguridad de la ONU, proclamó que «el Estado de Israel no cesará el fuego». «Destruiremos el Hamas y continuaremos luchando hasta el regreso a su hogar de todos los rehenes», concluyó el ministro israelí (https://bit.ly/3xbt0Ox).

La hasta ahora inoperante Corte Internacional de Justicia (CIJ), después de casi 6 meses de genocidio dantesco, conminó Israel a facilitar con carácter “urgente” (sic) la entrada de la ayuda humanitaria a la franja de Gaza (https://bbc.in/3PDwakD), territorio palestino bloqueado por cielo, mar y tierra, donde cunde la guerra alimentaria con las subsecuentes hambruna, sed y enfermedades.

Según The Times, cercano a la monarquía globalista británica y a Israel, el bloqueo de la ayuda humanitaria a Gaza es un grave error estratégico de Israel, lo que ya es visto por la opinión mundial como una impuesta hambruna a los sitiados palestinos (https://bit.ly/3VGswds).

La relatora especial de la ONU Francesca Albanese abrió una polémica con el presidente francés Emmanuel Macron, quien presentó a los israelíes muertos el 7 de octubre de 2023 como víctimas de “la mayor masacre antisemita de nuestro siglo”. Francesca Albanese observó entonces que los israelíes muertos el 7 de octubre no murieron por ser judíos sino como resultado de “una reacción ante la opresión de Israel”. Cuando el ministerio de Exteriores de Francia condenó la observación de la relatora especial, esta última resaltó que afirmar que las muertes de aquellas personas fueron causadas por el antisemitismo “oscurece la verdadera causa” de esas muertes.

Al unísono, la relatora especial de la ONU para los Derechos Humanos en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, en su informe “Anatomía de un genocidio” acusó a Israel y «pide a los Estados que cumplan sus obligaciones e impongan un embargo de armas. Y sanciones a Israel.» «Cuando la intención genocida es tan conspicua, tan ostentosa, como lo es en Gaza, no podemos apartar la vista, debemos hacer frente al genocidio; debemos prevenirlo y debemos castigarlo», subraya en su informe la relatora especial de la ONU (https://bit.ly/3Q4WYKX)”.

Elijah J. Magnier comenta que «Israel se prepara para la reacción internacional sobre Gaza más allá del campo de batalla» (https://bit.ly/4cCC4fB) con un tsunami de demandas legales que rememora los perturbadores hallazgos de la Comisión Goldstone, también a nombre de la ONU, que investigó las atrocidades de Israel, que incluyen crímenes de guerra, en la anterior guerra contra Gaza de hace 15 años (https://bit.ly/3xcQcfw).

“Anatomía de un genocidio”, el informe de la relatora de la ONU Francesca Albanese, sentencia que Israel ha cometido tres actos específicos reconocidos en la Convención de la ONU contra el Genocidio:

  • asesinar a miembros del grupo [poblacional palestino],
  • causar grave daño mental y físico
  • y crear intencionalmente condiciones calculadas para la destrucción del grupo,

además de la destrucción extensiva de la infraestructura de Gaza, que incluye hospitales y la tierra agrícola y la detención y presunta tortura de miles de palestinos hombres y niños.

Francesca Albanese señala la presente situación como una escalada del proceso de asentamiento colonial de larga data de anulación (sic) que refiere a la Nakba en curso –en alusión al desalojo masivo de palestinos a raíz de la creación de Israel en 1948.

Elijah J. Magnier reporta que Israel ha rechazado categóricamente los hallazgos del demoledor informe de la relatora Albanese como una “obscena” inversión de la realidad. ¡Clásico síndrome de Masada!

Análisis: Genocidio en Gaza, solución final de Israel para Palestina

Pablo Jofré Leal

El listado de víctimas palestinas en estos cerca de 180 días de una política de exterminio llevada a cabo por el régimen nacionalsionista, en especial contra las mujeres y niños en la Franja de Gaza, es una muestra de la política de solución final que la entidad israelí ha definido para Palestina y su pueblo.

Una realidad que se intensifica, a pesar de una opinión mayoritaria mundial de sociedades y organismos internacionales que demanda el fin de los asesinatos del ocupante israelí contra Palestina. 33 mil asesinados, entre ellos 15 mil niños (as) bajo una lluvia de balas, bombas, destrucción de escuelas, hospitales, viviendas. Una política de aniquilación que ha convertido a la Franja de Gaza, no sólo en el campo de concentración más grande del mundo, donde se hacinan 2.3 millones de palestinos, sino también en un cementerio como prueba de la perversidad de un régimen que declara públicamente, a través de políticos, civiles, militares y sus líderes de opinión que es necesario “exterminar a todo palestino mayor de cuatro años” aunque cientos de muertes sean recién nacidos y pequeños. Una política genocida propia de una sociedad delirante, perversa, racista, criminal.

Esta política de solución final, al estilo de aquella planteada por el nacionalsocialismo alemán bajo Hitler en la Conferencia de Waansee del año 1942 (1), en plena Segunda Guerra Mundial (SGM) para dar un corte definitivo a lo que denominaban la “cuestión judía” tiene hoy su correlato en forma fundamental en la Franja de Gaza, pero también en Cisjordania donde la acción de los grupos de exterminio militares del ejército SS – soldados sionistas – se unen a los Einsatzgruppen (2) conformados por el Shin Bet – Shabak en hebreo que constituye los servicios secretos israelíes del interior- Aparatos de represión y muerte al que debemos unir el llamado Aman, que es la inteligencia militar adscrita, fundamentalmente, al ejército las fuerzas ocupantes militares israelíes (tierra, aire, mar) y que opera en los comandos militares en los cuales el régimen infanticida sionista divide Palestina: Comando israelí Central, Comando israelí Norte, Comando israelí Meridional. Comando Interior.

En este marco de una sociedad belicista donde los conceptos de racismo, odio a los Goyim – no judíos – segregación y mentalidad supremacista, los mencionados Einsatzgruppen están conformados por militares en retiro y colonos paramilitares armados hasta los dientes, lo más extremista de una sociedad de por si fanática y mayoritariamente cómplice de los crímenes cometidos contra el pueblo palestino, formalmente como israelíes desde el 14 de mayo de 1948, cuando se crea artificiosamente una entidad que llamarón Israel. El objetivo en Palestina es ampliar el “espacio vital” sionista implica arrasar con aldeas, pueblos, demoler viviendas, seguir construyendo el muro de apartheid, confinar a la población palestina, expulsara cientos de miles de seres humanos de sus hogares y como expresión de la bestialidad que implica el nacional sionismo exterminarlos por decenas de miles, herirlos y enterrarlos vivos bajo miles de toneladas de escombros, ocasionadas por el lanzamiento de al menos 80 mil toneladas de bombas – 4 veces la cantidad explosivos lanzados sobre Hiroshima en Japón en la SGM.

La realidad de esta barbarie de crímenes de guerra y lesa humanidad muestra en forma indiscutible que nos encontramos ante un genocidio de proporciones y efectos monstruosos. Una política de terrorismo y una conducta criminal llevada a cabo contra el pueblo palestino con el beneplácito, apoyo protección de total impunidad, de Estados Unidos y sus socios de Europa, pero también con la complicidad vergonzosa de monarquías y gobiernos árabes, que hincan su rodilla para seguir usufructuando de las riquezas naturales de sus territorios hipotecados al apetito insaciable de un occidente que suele desgarra vestiduras en forma hipócrita sobre la defensa de los derechos humanos pero es sordo, ciego y mudo cuando se refiere a actuar contra su hijo putativo como es el nacionalsionismo.

Pero la constatación no basta, el diagnóstico respecto al carácter criminal de la entidad sionista lo conocemos incluso antes del nacimiento de este régimen en mayo del año 1948. Este panorama hace imposible pensar en la posibilidad de la famosa idea de generar una política de dos estados. Incluso en pensar en llevar adelante un proceso de negociación que conducta a esa prostituida palabra como es la paz. No hay posibilidad alguna de negociación con el nazisionismo porque su objetivo es la completa eliminación de todo rastro que signifique dar aire al pueblo palestino. La única solución posible para Palestina, la región de Asia occidental e incluso nuestros países es la completa eliminación del sionismo. El fin de esta ideología racista, criminal, supremacista como lo sostuvo incluso la resolución N° 3379 del año 1975 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

No es posible aceptar la presencia en el seno de las relaciones entre países la presencia de una sociedad cuya ideología, cuya visión de mundo desprecia a todo aquel denominado como Goyim – como no judíos – que busca el supremacismo, la expansión sin freno, el exterminio del otro bajo consideraciones de clasificarlo como subhumano, bestia, que llama a la eliminación de las mujeres y niños para impedir su desarrollo como sociedad. No puede existir la puesta en práctica de conceptos como olvido y perdón, para un régimen que administra una sociedad que no se opone a los crímenes, que visualiza a los habitantes originales de la tierra que ocupan y colonizan, como blanco de ataques criminales.

En este plano resulta esencial comenzar a levantar la idea, que se convierta en una decisión concreta que permita juzgar como criminales de guerra y responsables de crímenes de lesa humanidad a la jerarquía civil y militar sionista. Al estilo de los Tribunales de Nuremberg y Tokio tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Hacer carne lo que los propios familiares y sobrevivientes del genocidio nacionalsocialista alemán tomaban como referente de justicia, establecido por ejemplo en el juicio del Tribunal Militar en el caso N°9 en Nuremberg al definir los efectos de la política de crímenes del Tercer Reich – con enorme similitud a la que ejecuta hace 76 años la entidad israelí “la locura gobernaba, el odio avanzaba, el cielo estaba rojo de la llamas de la destrucción y el mundo lloraba – y llora todavía silenciosamente“.

La dificultad mayor con el exterminio que se comete contra el pueblo palestino es que el mundo llora, mayoritariamente, pero…de nada sirve llorar, ni lamentarse, como tampoco sólo denunciar porque los muertos se suman día a día, la destrucción es imparable, el dolor y la hambruna se imponen. Incluso, los gobiernos aliados y protectores del nacionalsionismo dan nuevas fuerzas para que ese plan de solución final, versión sionista, siga su marcha impune. Esto, a pesar de resoluciones de un Consejo de seguridad de la ONU que no aplica las medidas que la propia Carta de las Naciones Unidas establece, como es el caso del capítulo VII (3) que determina tomar “acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión” que es exactamente la conducta llevada a cabo por el ente infanticida israelí. Una amenaza no sólo con Palestina, sino al conjunto del Levante mediterráneo, Asia Occidental e incluso a regiones tan lejanas como Latinoamérica donde la presencia e influencia de esta ideología de odio, corrupción y crimen resulta nefasta.

Artículo para Hispantv

  1. El 20 de enero de 1942, en una mansión de Wannsee, al suroeste de Berlín, quince miembros del gobierno de Adolf Hitler acordaron en solo 90 minutos el plan organizativo de la “Solución Final al Problema Judío”. “La decisión para el asesinato sistemático ya fue tomada antes, supuestamente en algún momento del otoño de 1941. Ya existían todos los elementos que son parte del asesinato sistemático: los fusilamientos en masa, las deportaciones, también los primeros campos de exterminio ya existen”. Señala en el artículo que se consigna, la d irectora del departamento educacional de la Casa de la Conferencia de Wannsee, la doctora Elke Gryglewski. https://www.publico.es/sociedad/holocausto-nazi-plan-final-holocausto-reunion-90-minutos.html
  2. Einsantzgruppen – Equipos móviles de matanza en alemán -Escuadrones de asesinos, formados con los más execrable de las distintas formaciones militares del tercer Reich y de aquellos civiles decididos a escalar en las posiciones de ese régimen a punta de asesinatos, bajo las formas más crueles y execrables. Ya sea contra prisioneros soviético, prisioneros políticos, europeos de creencia judía, gitanos, entre otros. Podemos definirlos como escuadrones de la muerte, como aquellos que actuaban en las dictaduras militares latinoamericanas, formadas y entrenadas incluso por miembros del Mossad israelí como sucedió en la década de los 70, 80 y 90 del siglo XX en El Salvador Guatemala, Colombia, fundamentalmente. Conductas, acciones y políticas que son practicadas en tierras palestinas por el ocupante nacionalsionista Para más antecedentes sobre el sionismo y paramilitares en Latinoamérica es interesante visitar, entre otros artículos https://www.cronicadigital.cl/2019/09/29/124564/
  3. Carta de las Naciones Unidas, Capítulo VII: Acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión. https://www.un.org/es/about-us/un-charter/chapter-7

Related posts

La guerra de los banqueros contra China

Alex Chaman

Más allá de la lenocracia

Alex Chaman

Descolonizar el multilateralismo: la forma de hacer política internacional de los BRICS. Análisis

Alex Chaman