Richard Gonzales
Desde 1999, el jurista internacional Luigi Ferrajoli planteaba, en su obra “derechos y garantías- la ley del mas débil. Que “…Estamos asistiendo, incluso en los países de democracia más avanzada, a una crisis profunda y creciente del derecho…” “…crisis de la legalidad…”, “…crisis de la constitucionalidad…”
La constitución, un texto “jurídico- político” de un estado, que debería nacer de un poder constituyente. En el Perú, nació de la bayoneta y el fraude, que rige hasta nuestros días.
Dichas constituciones que debe constituir la separación de poderes, a la vez el control y equilibrio que no existe, situación que en la actualidad, instalada la dictadura, no rige ni existe un estado de derecho, o prime el imperio de la ley, si no, prima el imperio de la violencia, a través de las fuerzas armadas y fuerzas policiales asesinas.
Toda constitución es una ley fundamental de un estado, cuando esta es violentada, se anula esta ley fundamental, entonces, dicha fuerza, que es una parte de la sociedad, impone su voluntad en forma omnímoda, absoluta, con fines de ejercer y defender su statu quo de clase, de su poder económico, político; mientras a la otra parte, dicta la más despiadada anulación de derechos y garantías, razón de por qué no existe el derecho de opinión, asociación, garantías constitucionales, manifestación, protesta, y otros tantos derechos.
La violencia, concretada en genocidios, persecución, criminalización, el uso de la “ley” para anular, liquidar al oponente, es cosa común. En tales circunstancias, no hay democracia ni estado de derecho, si no, rige la imposición violenta unilateral del poder factico, rompiendo así, todo consenso, dialogo de los diferentes y la solución de las controversias por mecanismos propios de un estado de derecho.
Desde sus principios, también llamada “carta magna” fue una gran carta de las libertades” para conjurara la confrontación armada continua y constante, es como un tratado de paz de toda la sociedad, para ser llevadera la vida nacional que no existe en la actualidad.
Por tanto, si las libertades públicas, los derechos públicos, que son fundamentales como decía en el Articulo 16 de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789: “…una sociedad en la que la garantía de los derechos no esta asegurada, ni la separación de los poderes determinada, no tiene constitución…”
Es decir, simple y llanamente lo que ocurre en el Perú, es una dictadura, por la que el pueblo lucha por revertirla, aun a costa de su vida.
Hay un entramado entre todos los poderes para imponer su voluntad bajo dirección del poder factico, y básicamente de los poderes de las corporaciones nacionales y extranjeras, cuya finalidad es usar al país, la nación, como botín al más estilo gansteril, de saqueo, robo, pillaje, y a sus ciudadanos, como siervos, cuya obediencia debe ser a raja tabla a su amo, caso contrario, la muerte, el genocidio, la persecución, criminalización, la cosificación de los componentes del pueblo es cosa común, razón de esa campaña del “terruqueo”.
Es la degradación del derecho y el imperio de la ley, del mismo valor de las reglas de juego impuestas en esta sociedad, o el mismo hecho que no funciones los limites ni controles de los poderes, muestra que se vive en una dictadura militar con rostro civil, los mismos poderes públicos no se rigen a la ley, por tanto, ¿Cómo podrían garantizar los derechos fundamentales o las libertades sociales?, es imposible.
Esta democracia formal, una democracia política, cobra su verdadero rostro, como dictadura de una clase social sobre otra, la dictadura de los opresores sobre los oprimidos, de la forma abierta y frontal, esa es su democracia, su estado de derecho, una falacia, un engaño, muestra su verdadero rostro criminal, asesina, anti pueblo, anti nación.
Por tanto, la nación, la patria, requiere un nuevo contrato, un nuevo pacto entre todas las partes, UNA NUEVA CONSTITUCION aprobada por la voluntad de la soberanía popular, elegida por el pueblo de este estado, por medio de una asamblea constituyente, surgida de las necesidades sociales, económicas, políticas, culturales de la fuerza popular, que debe activarse al margen de los otros poderes formales. Para que así, el pueblo tenga y goce de un verdadera democracia sustancial, no formal, para que el país se industrialice, se desarrolle, rompa con siglos de imposición del modelo primario exportador, y clave para todo ello es, una educación acorde a las necesidades del desarrollo nacional, de un proyecto nacional, parte del mismo, el derecho a la participación política en poder político por parte del pueblo es indispensable, si se quiere hablar realmente de un nuevo pacto social , jurídico- político, que le de legitimidad equilibrio y control real de la misma, en esta llamada democracia.
Santiago, 31-03-2023
